El
relato que vais a leer a continuación es un extracto de un proyecto literario y
fotográfico que saldrá en breve y que llevará el nombre de “En blanco y negro”.
Como tal, el proyecto constará de 12 relatos y 12 fotografías, todas ellas
realizadas por la fotógrafa Susa Montesinos, coautora del proyecto. Tendrá una amplia variedad temática, y será de descarga directa y gratuita. Espero que
os guste y os animéis a descargarlo y leerlo. ¡Gracias por vuestro tiempo!
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Fotografía perteneciente al relato "A veces" del proyecto "En blanco y negro" hecha por Susa Montesinos. |
A veces no me doy cuenta de que tengo tu voz
al alcance de mi mano. No me doy cuenta de que puedo tocar tus suspiros con la
yema de mis dedos, respirar el mismo aliento que respiras.
A veces no me doy cuenta de la relatividad
del tiempo hasta que te miro. No me doy cuenta de que puedo olvidar que desde
que nací estoy muriendo, que puedo obviar toda fecha en esos momentos donde el
mundo sigue, pero el tiempo se para.
A veces no me doy cuenta de que puedo beberme
tu cuerpo. No me doy cuenta de que he tenido el privilegio de recorrer cada
centímetro de tu torso desnudo posando levemente los labios a la altura de tu
cintura, iniciando una ascensión lenta hasta llegar a ese abismo sin fondo que
es tu boca.
A veces no me doy cuenta de que soy ciego. No
me doy cuenta de que una vez observada tu sonrisa, en el mundo, no hay nada más
que ver y que, por ende, los ojos que te vieran ya no tienen la necesidad de
seguir cumpliendo su cometido y por ello duermen.
A veces no me doy cuenta del miedo a las alturas.
No me doy cuenta del vértigo que me provoca el abismo infinito de tu mirada, el
paseo mortal que forma el acantilado insalvable de tus caderas.
A veces no me doy cuenta de que soy sordo. No
me doy cuenta de que escuchando el torrente limpio de tu voz susurrándome al
oído no hay ningún sonido más alrededor, enmudece incluso la música por miedo a
hacer el ridículo ante un río de aguas cristalinas.
A veces no me doy cuenta de que eres
intangible. No me doy cuenta de que eres un sueño, y que los sueños, sueños
son, un fantasma lleno de hermosura y esperanza; y sin embargo no me sorprendo
de ello: algo tan bello solo podía existir en el Reino de Morfeo, por ello la
muerte no es problema: viviría soñándote eternamente. ¡Y aún así, la eternidad
de la inexistencia me parece demasiado corta!