¿Dónde vas con tu azadón
Y con la frente cansada?
¿Dónde, con boca reseca,
Con las manos agrietadas?
-Voy a las montañas a
Buscar la lluvia en la sierra,
A traer agua a mí campo y
Dar de beber a la tierra.
Sembraré de verde el campo
Con sangre de mis arterias,
Y escribiré entre los surcos
Memorias de mi miseria
Que yo soy un labrador
Y estoy atado a los llanos:
Y no creo en más promesas
Que en el fruto de mis manos.
-¡Ay, labrador que aún muerto
Quede el cuerpo sobre el barro,
Sin cruz, mueres siendo un dios
Viviendo como un esclavo!