viernes, 20 de marzo de 2015

Una página

Cada persona del mundo debería escribir una página:
Luego juntaríamos todos los pedazos y…
¡Tendríamos el libro más grande de la Historia!
Y no puede haber excusas:
Nada de “mi vida no es interesante”, nada.
Nada de “yo no tengo nada que contar”, nada.
Nada de “no sé expresarme”, nada.
Nada de “yo no sirvo para esto”, nada.
Nada de edades, ni sexos, ni religiones. ¡Nada!
Todos tenemos algo que contar;
Todos somos únicos e irrepetibles,
¿Por qué negar lo que nos hace especiales?
Pero pongámoslo por escrito:
Da lo mismo si es un párrafo,
Una fotografía,
Los restos de un pintalabios,
Un dibujo
O el simple garabato de un recién nacido.
¡Todo vale!
Ahora lleguemos más lejos:
Cortemos todo en pequeños pedazos de cielo,
Hagamos nubes con los espacios en blanco,
No dejemos márgenes ni nada por el estilo,
Y pintemos o escribamos
Dentro de las letras
Que son demasiado grandes,
¡Todo es horror vacui!
Imaginemos que es la portada de una catedral barroca
Y bajo ningún concepto, podemos dejar nada
Al vacío, en blanco,
Pero dentro de la catedral
No hay dios,
O si lo hay,
Pero no conocemos su nombre,
Ni el quiere decírnoslo…
Esa portada sería de todos,
Y todos estaríamos representados
En esa portada,
En las naves de la catedral.
En esa catedral de árboles por columnas,
De cascadas por vidrieras
Y ríos con peces rojos nadando entre ellos;
De una techumbre celeste que
Cambia de color con el tiempo:
Naranja, escarlata,
Negro, azul marino…
Con esferas relampagueantes de fondo,
Velas colgando del techo,
Velas plateadas de destello dorado
Y una montaña como altar.
Allí cabe todo el mundo,
Y por eso allí
Dejaremos nuestro libro…
Pero vayamos más lejos;
Ahora cojamos las páginas
Y recortémoslas
En pedazos diminutos:
Cada página será cortada
Con unas tijeras
Por todas las personas:
Los niños desgarrarán el papel,
Los ancianos no entenderán,
Y algunos lo harán con desgana,
Sin embargo, lo harán.
Y una vez hecho eso,
Pegaremos los pedacitos
En ese libro al azar:
Así, cada página representará
A una persona,
Y cada persona tendrá pedazos
De otras páginas
Y por lo tanto,
De otras personas,
Y así todos tendremos
Parte de todas las personas
Y seremos
Parte de todas las personas:
Esa algarabía
De nombres,
De palabras,
De imágenes,
De garabatos,
Y de todo,
Será nuestro Libro Sagrado,
Y lo pondremos
En la catedral
Y en la catedral cabremos todos
Sus muros y su techo son infinitos,
Y cada uno de nosotros
Será ese dios mudo
Del que nadie conoce su nombre,
Pero no hará falta conocerlo:
Todos seremos libres
Aunque
Nada tendrá sentido,
Pero
Ahora mira a tu alrededor
Y dime…
¿Alguna vez lo tuvo?