Canta, que la pena ha echado raigambre
en la tez de guitarras andaluzas,
y las cuerdas ahora buscan excusas
para cantarle a la luna su hambre
y dar salida a
las notas reclusas.
Canta, que al alba el jilguero maldice,
sobre la arboleda, el salir del sol,
Que dice que
es opaco el resplandor
cuando quema todas las cicatrices,
reseca la boca y daña la voz.