sábado, 10 de marzo de 2012

Obsesión

Obsesión es estar detrás de esa mujer que te tranquiliza aún cuando mueres por dentro. Cuando sólo mirarla a los ojos te late el corazón fuerte y parece que estás atrapado en un sueño del que no quieres despertar.

Obsesión es morir cada vez que ella te recorre el pecho con sus manos suaves de ángel. Cuando se despierta dentro de ti un infierno interno que no podría ser apagado ni siquiera con las lágrimas de Dios.

Obsesión es que ella te bese en el cuello y tu averno sea un paraíso de fuego, donde el ave fénix renace una y otra vez de las cenizas del destino sacando a relucir sentimientos contrapuestos y encontrados. Sentimientos que no recordabas. Sentimientos que añoras. Sentimientos que inundan tu pecho y hacen latir tu corazón con violencia.

Obsesión es sentir arder tu alma de deseo. Sentir que cada segundo que pasa con ella es largo como una edad en la tierra, pero tan corto como una milésima de segundo.

Obsesión es estar tan cerca de ella que respirar sus suspiros, y te envenenas, poco a poco, el espíritu y el cuerpo con sus palabras y su tierna respiración.

Obsesión es entrar en un estado de somnolencia mientras la ves y no puedes dejar de mirarla. Es ver cómo la realidad supera cualquier ficción, pero parecerte que vives un sueño profundo sin verdad alguna, donde lo onírico y lo real se entremezclan formando un momento único y arduo que queda grabado a fuego en tu corazón y deja una huella imborrable.

La obsesión es amor, y amor eres tú...

Dedicado a Estrella Cardoso Paz. 

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