lunes, 19 de noviembre de 2012

Werther hoy

Werther tenía delante de sí la pantalla de un ordenador portátil con el Tuenti encendido en el oscuro salón de su casa. Estaba recostado en el sofá, ebrio, con varias botellas de alcohol tiradas a su alrededor, cada una con un nombre distinto… esperaba esa respuesta que nunca llega.

Tras suspirar, se llevó la mano a su pantalón y sacó un cigarro. Mientras lo encendía, besó el pitillo, y de él comenzaron a salir las primeras bocanadas de humo que llenaron sus pulmones. Lo miró fijamente antes de soltarlo en un cenicero colapsado de colillas para ponerse a escribir.

Estaba en el perfil de Charlotte, admirando su fotografía principal. Era tan bella… le hipnotizaban aquellos ojos verdes, aquellos cabellos dorados que cada mañana competían en brillo con el sol… pero ella no le hacía caso. No. Él siempre había sido demasiado poco para ella, o eso pensaba Werh, como le llamaba cariñosamente.

Llevó sus manos a teclado. Pinchó en un botón en el que ponía “mensaje privado” y comenzó a pasar sus ágiles dedos por las letras.

“Querida Charlotte… no puedo más… espero que entiendas lo que voy a hacer, pero yo ya no puedo con la desesperación. Tal vez sea porque estoy borracho, pero siento que el alma se me apaga, que nada tiene sentido sin ti, pero tú y Albert estáis demasiado unidos… sí… es mejor para todos, ¿entiendes? Pero bueno… no sé… no sé qué decirte. El alcohol me dificulta escribir. No sé ni lo que digo, pero quiero que sepas que, esté donde esté, te amaré siempre, Charlotte. Un beso de tu Werth…”

Al lado del teclado había una jeringuilla. Werther sonrió y, mientras se inyectaba el líquido mortal en sus venas, puso una canción en su ordenador. Sonaba Smells like teen spirits de Nirvana. Siempre había adorado a Kurt Cobain, y ahora quería acabar como él.

Un pitido salió del portátil interrumpiendo la canción durante unos segundos…

-¿Werth? ¿Qué haces? ¿Qué significa el privado? ¿Estás ahí? Tengo que hablar contigo… He dejado a Albert. Ya te contaré.

Nunca supo nadie de dónde sacó Werther la pistola que acabó con su vida… pero tampoco Charlotte recibiría jamás una respuesta de su Werth. Nunca. 

Publicado en el foro de Verbalina, 

2 comentarios:

  1. Algo flojillo, en mi opinión, comparado con otras cosas que has escrito, pero aún así me gusta, corto pero intenso ;)

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    1. En mi defensa sólo tengo que decir que no estaba en mis mejores momentos cuando lo escribí. Es una especie de adaptación de Werther a la actualidad, espero que se haya ajustado bastante...

      Gracias por comentar. Un beso. ;)

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