No, no recuerdo nada de su rostro.
Era una persona bastante
extraña,
Siempre con la esperanza
cabizbaja,
Paseando entre el crepúsculo y
los pájaros,
Siguiendo un largo camino de
nubes.
Su espalda encorvada miraba al
suelo,
Pero, ¿qué suelo? Debajo de sus pies
Sólo se levantan puentes de
brisas
Elevados sobre copas de árboles
Que soportan su amarga
pesadumbre.
Te grito y llamo, pero no
respondes,
Avanzas, autómata, sin girarte.
Mis palabras estiran de tu tela
Como un niño asustado, y como el
aire,
Acariciando tus manos, y pasa…
¡Pasa como si nunca hubiera pasado!
Pintura de Beksinski |
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